La formación, educación y civismo vial como elementos para establecer ciertos valores y principios en los ciudadanos que conformamos la sociedad, deben de hacerse presentes y visibles de manera transversal, es decir, llevando a cabo “programas formativos” de carácter integral en las personas,  a lo largo de toda su vida, debiendo tener siempre presentes los diferentes factores y aspectos que en mayor o menor grado influyen en las mismas, así como en su formación, aprendizaje y consolidación de conocimientos en materia de Tráfico, Seguridad Vial, Transportes, Movilidad Sostenible y Segura, tales como las circunstancias psicológicas, sociales y  evolutivas, de los seres humanos que nos movemos de manera continua.